Es muy frecuente que los pacientes cuando asisten a consulta con su odontólogo pregunten por el futuro de sus cordales, pues nunca han tenido una explicación clara de qué es lo que sucede con estas piezas dentales, si es necesario en todos los casos retirarlas y que pasa con los espacios que quedan allí luego de que son removidas, sin mencionar que además se preocupan por saber si es un procedimiento doloroso e incapacitante.
En este caso lo primero que hay que mencionar es que cuando el paciente asiste a una clínica que ofrece odontología de calidad, en cualquier momento de la consulta, si no es evidente, el odontólogo le preguntará si ya se ha revisado sus cordales, si ha tenido alguna imagen diagnóstica al respecto o si otro profesional lo ha atendido respecto a esto. En caso de que la respuesta sea negativa, como en la mayoría de veces, muy seguramente este odontólogo tocará el tema.
Para que puedas entender un poco mejor, comencemos por decir que las cordales son las piezas dentales que se forman y erupcionan en la parte anterior de la boca, es decir, atrás. Aparecen arriba y abajo al final de la dentadura y suelen molestar un poco cuando están comenzando a salir, por lo que el primer motivo de consulta respecto a estas piezas dentales siempre se presenta hasta que el dolor aparece, pues mientras no generan molestia, el paciente no se preocupa por ello.
Pero ¿por qué aparecen tiempo después y no con el resto de la dentadura? La razón es que las piezas dentales que salen primero tienen un propósito que es ayudar con nuestros procesos de masticación, deglución, pronunciación, entre otros, mientras que las cordales no tienen funcionalidad alguna. Ellas se encuentran allí porque nuestro proceso evolutivo no ha podido eliminarlas. En los tiempos de neandertales, las mandíbulas de nuestros antecesores eran mucho más prominentes por lo que tenían mayor cantidad de dientes, debido a que su estilo de vida así lo requería.
Sin embargo a medida que el hombre fue evolucionando, la mandíbula comenzó a ser mucho más pequeñas y por tanto estas piezas dentales que hoy conocemos como cordales, quedaron relegadas. En este orden de ideas, podemos decir que las cordales no representan ningún tipo de beneficio para la funcionalidad dental, pero si significan problemas a futuro para nuestra salud oral, es por esta razón que en muchas ocasiones las piezas dentales deben estar retiradas.
Por lo general y dependiendo de los casos, se recomienda que la edad ideal para hacer la cirugía son desde los 15 a los 18 años, porque para este tiempo muchos pacientes todavía no tienen completamente formadas estas estructuras y por tanto no están enraizadas las piezas dentales, por lo que la extracción es mucho más sencilla tanto para el profesional como para el paciente. Así que si tienes hijos que estén en esta edad, es importante que en su próxima consulta con el odontólogo puedas preguntar por estas muelas, conocidas también como “muelas del juicio”, para saber el plan de acción que debes tomar, siempre con un principio de odontología de calidad.
Muy seguramente algunos de los que están leyendo este artículo ya pasaron esta edad y no han tenido mayores inconvenientes con sus cordales, más allá de una molestia o incomodidad mientras están saliendo o erupcionando, así que te preguntarás ¿es necesario sacarlas si no me representan un problema? Y la respuesta es sí. Tarde o temprano las cordales representarán un problema para la salud de tus dientes y por tanto es un requisito sacarlas.
Lo principal es que estas muelas cuando comienzan a salir, al no tener el espacio suficiente comienzan a desplazar los demás dientes creando problemas de amontonamiento de los mismos y causando un impacto visual bastante obvio, afectando la estética dental. Además de esto, cuando las cordales pasan mucho tiempo escondidas suelen generar problemas a largo plazo como infecciones produciendo inflamación de los tejidos y una descomposición de la muela al interior.
Obviamente el proceso para eliminar la infección y sacar la pieza con cirugía cuando este escenario aparece, es mucho más compleja que el podríamos tener si asistimos a una clínica que ofrezca una odontología de calidad y que desde un principio le recomiendo la extracción de sus cordales. Así las cosas, hablemos de cómo se realiza el proceso de la cirugía de las “muelas del juicio”. Al consultar al paciente se le recomienda realizar una radiografía de su boca para ver en qué posición se encuentran estas piezas dentales, si están derechas o inclinadas, pues cada caso es diferente y requiere de técnicas distintas.
Luego de analizar la imagen diagnóstica se le informa al paciente el procedimiento a seguir y se le pregunta si está de acuerdo con la utilización de la anestesia local para la intervención o si desea una sedación completa para estar más cómodo. Es muy importante hacer está aclaración porque hay pacientes que no se sienten bien con la idea de una cirugía y menos en un área tan próxima como la boca, por lo que ofrecerles la oportunidad de estar relajados durante todo el procedimiento es un beneficio para él. Además esto de alguna manera también facilita el trabajo del profesional.
Una vez que se realiza la extracción, se procede a esperar un tiempo prudente antes de enviar el paciente a su casa, por si de pronto se genera una reacción posterior a la cirugía que deba ser controlada. Al pasar el tiempo y no observar ningún cambio, se envía a casa con las recomendaciones para el cuidado de su boca durante el periodo de recuperación, como evitar exponerse al sol, alimentos irritantes, la higiene diaria y en la cantidad de veces necesarias, el uso de un enjuague, entre otras más.
Ahora que tienes un poco más claro cómo se realiza el proceso de la extracción de las cordales y lo importante que es hacerlo con una clínica que ofrezca odontología de calidad, te invitamos para que conozcas nuestra Clínica Vital, que cuenta con profesionales interdisciplinarios que pueden ayudarte a resolver cualquier inconveniente que presente tu salud dental así como prevenir enfermedades a futuro. Contáctanos a través de nuestro sitio web llamando a la línea de atención o escribiéndonos en nuestro formulario de contacto.